29 de diciembre de 1989

Frenos y contrapesos del poder. El ejemplo de 200 años de la Constitución americana, de Fred Friendly y J. H. Elliot


Recensión a: Frenos y contrapesos del poder. 
El ejemplo de 200 años de la Constitución americana, 
de Fred Friendly y J. H. Elliot, 1987 
(Barcelona, Tesys y Bosch)

La longevidad de la Constitución americana es difícilmente comprensible para todos aquellos que vivimos sumidos en sistemas de constantes cambios constitucionales. Todo lo que sobre ella nos diga el especialista acerca de su origen, vigencia CI contenido no explicará nunca tan claramente su configuración actual como conociendo, paso a paso, las diferentes etapas por las que ha atravesado su evolución hasta el actual estado de cosas.

Y esto es precisamente lo que se hace en este libro: ir mostrando, a través del relato periodístico, pero no por eso menos detallado, documentado y preciso, las circunstancias de cada uno de los casos  fallados por el Tribunal Supremo americano y que han ido modelando “el ejemplo de 200 años de la Constitución americana”, como señala su titulo.

En cuanto a sus autores, por lo señalado, ellos no son juristas: Friendly es un conocido periodista norteamericano; ha sido presidente de los informativos de la cadena CBS, miembro de la Ford Fundation y profesor de la cátedra Murrow de Periodismo de la Universidad de Columbia. Elliot es productora de televisión e instructora en la Escuela de Graduados de Periodismo de la Universidad de Columbia.

A través de este libro se pretende mostrar cómo funciona ese delicado equilibrio entre los derechos de la persona y los de la sociedad, y cómo se ha ido adaptando la Constitución norteamericana a los tiempos cambiantes, y las causas que han hecho de la Constitución un “documento vivo”. La Constitución norteamericana se firmó el 17 de septiembre de 1787; desde entonces, y luego de la famosa Declaración de Derechos, 16 enmiendas la han actualizado, tratando de los temas de la esclavitud sufragio femenino, temperancia, impuestos sobre la renta y sucesión presidencial. Como señalan los autores, y no sin razón, “resulta ser que la versión de 1787 de la Constitución fue sólo el primer borrador de lo que ahora llamamos la ley suprema”.

Leer este libro es hacer un recorrido de las diferentes causas (con todos sus detalles y con la cita oportuna de toda la documentación pertinente) a través de las cuales los magistrados del Tribunal supremo norteamericano (entre los que los hay célebres, como el juez John Marshall, y otros que se dan cita en estas páginas) han logrado, efectivamente, que éste no sea un prolijo códice jurídico (o una mera “norma“, como se le insiste en llamar a veces) sino un “documento humano”; o, como escribió el juez Marshall aquí citado, “la Constitución ha sido prevista para perdurar por los siglos (…) por lo que debe adaptarse a las diversas crisis de los asuntos humanos”, ¡cuán lejos nosotros estamos de todo esto!.

Quienes deseen conocer el itinerario de esta Constitución ejemplar, aquí lo encontrarán en un ameno relato periodístico. Acertadamente, se ofrece también su texto íntegro con todas sus enmiendas, en un apéndice.

[En: Revista Chilena de Derecho, Vol. 16, Nº 3 (Santiago, Pontifícia Universidad Católica de Chile), pp. 847-848, 1989]